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VELADAS DE LA INFANCIA
CAER DE LAS NUBES
4 (AL NIÑO WASHINGTON CARRANZA)
Mama Teresa no era el solo cronista de las nocturnas reuniones, á la luz de la luna, bajo los algarrobos del patio.
La vieja nodriza tenia dias de sombría tristeza, dolorosos aniversarios que le recordaban la muerte de sus padres, de su marido, de sus hijos.—Don Gerónimo—decia entonces á un contemporáneo suyo, antiguo, capataz de mulas—cuente usted un caso á estos niños que yo tengo hoy el alma dolorida y quebrantado el corazon.—
—Y cerrando los ojos, inclinada la cabeza y el rosario entre las manos, hundíase en silenciosa plegaria.
Don Gerónimo Banda, tan bueno para una trova como para una conseja, sentábase'en medio al