24 PANORAMAS DE LA VIDA
hermosa jóven que al verlo exhaló un grito de gozo y searrojó en sus brazos.
—Yupanqui!
—Suma!
—Ah! es un sueño? Nó! Estoy despierta y te estrecho en mis brazos! Mírame vestida de luto; creíate muerto! ......
—Muerto estoy, amada mia—respondió el jóven con triste acento, y vengo á decirte que desatados estan ya los lazos de amor que nos unen.
Suma dió un grito de terror y cayó sin sentido á los piés de Yupanqui.
El jóven fijó en el rostro de su amada una mirada de dolor; besó su pálida frente, colocó entre sus negros cabellos la lor de ariruma, fresca aun, y se alejó.
Al cerrar de aquella noche, oyóse en las alturas de Saxsa-huaman el sonido de una pucuna que tocaba un aire guerrero. A su voz, los habitantes de las quebradas y los moradores de las alturas, prosternáronse con la frente en el suelo: habian reconocido la llamada del Inca.
En seguida, todos aquellos que podian voltear una onda ó blandir un chuzo alzáronse con presteza, armáronse y siguieron la voz del instrumento, que recorria el valle, traspasó las alturas y se detuvo, al fin, en la cañada sombreada de molles sobre la roca