2 PANORAMAS DE LA VIDA
vencer su constancia, sujétanlos diariamente á los mas atroces tormentos. Hasta hoy han sido fuertes; pero su valor puede sucumbir. Y entónces aquel emporio maravilloso de riquezas acumulado por mis mayores; sus sagrados restos, desde el hijo del Sol hasta mi heróico padre, sacrílegamente profanados, serian el pasto de su inmunda codicia. Oh! Gran Pachacámac! por tu divina luz eso no será! En verdad, yo estoy aprisionado, próximo á morir; pero hé aquí, cerca de mí un hombre libre y fuerte.......
—Habla! padre,—interrumpió el jóven—¿qué debo hacer!
—Huye! Para mayor presteza y seguridad, toma nuestra vertiginosa via de las alturas; corre noche y dia, sin detenerte ni aun para mojar tu sediento labio al paso de los torrentes, y llega á la Ciudad Santa ántes que la flor de ariruma cojida al atravesar los jardines de este palacio, haya perdido su frescura. Muy niño eras todavia cuando yo te hice verla metrópoli de los tesoros. Has olvidado su entrada?
—No. Tras el lado occidental del Saxsa-huaman, entre un grupo de cerros peñascosos, en el fondo de una cañada sombreada de molles, álzase aislada una roca negra, que los viejos dicen es un destello de la luna. Su mole oculta la sagrada puerta.
—Haz, en el curso de una noche, levantar sobre