UN VIAJE AL PAIS DEL ORO 181
habia dispuesto el viaje por tierra, y comprado un carro en que debíamos ir amontonados él, yo, los muchachos y los útiles necesarios á la extraccion y lavaje del oro.
Pero cuando todo estaba preparado para la marcha planteóse una nueva línea de vapores fluviales, que entró en competencia con la yá establecida; y hé aquí á esta, rebajando sus pasajes hasta lo ínfimo, y la otra, dándolos gratis para desbancarla.
Esta circunstancia fué parte á que Samuel cambiara de idea, y resolviese embarcarse. Pero se guardó bien de tomar pasaje en los vapores que los obsequiaba; pues temia una revancha de aquella excéntrica liberalidad: concertólo, sobre manera módico á bordo del « Nuevo Mundo » hermoso vapor, lujosamente condecorado, perteneciente á la primera empresa.
Entre tanto, yo ignoraba el paradero de Estela y halláíbame devorado de ansiedad. ¿Partiría sin verla? Alejaríame sin confiar á su hermano los siniestros recelos que me preocupaban ?
Sin embargo, pasaban los dias, y el de la marcha se acercaba, y llegó la víspera sin que hubiese podido saber nada de ellos.
Dormia yo aquella noche, un' sueño inquieto, poblado de visiones y pesadillas, cuando vino .á despertarme un rumor estraño, mezclado de gritos,