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68 PANORAMAS DE LA VIDA

llevabas el corazon destrozado por los dolores de un amor humano. ¿Crees tú que Dios apruebe ese estéril sacrificio, que sin darte á él condena dos seres que se aman á una eterna desesperacion? .... ¡Carmela! Carmela! hé ahí esos negros muros que van á robarte á mi vista para siempre! ¡Ah! déjame arrebartarte en mis brazos, como en aquella noche terrible, para llevarte lejos de un país de fanáticas preocupaciones, á Otro donde reinan el derecho y la libertad !

—;¡Cesa!—interrumpió la jóven religiosa con triste pero firme acento—cesa de fascinar mi espíritu con los mirages de la dicha, celestes resplandores que oscurecen mas las tinieblas que me cercan. Mas fuerte que la religion hay otro poder que eleva entre nosotros su inflexible ley: el honor! La ley del honor es el deber. Yo me debo al cláustro: No estoy consagrada á Dios? Tú te debes á tu patria : ¿No eres uno de sus Laborantes? ¿no recorres la tierra buscando simpatías para su santa causa? ¡Oh, Enrique! sigamos el camino que el deber nos traza; y, como ha dicho mi padre, inclinémonos ante lo irrevocable. Mira ese cielo, que en cada una de sus estrellas nos guarda una promesa de amor

Y temiendo sin duda, su propia debilidad, la pobre