424 PANORAMAS DE LA VIDA
un album que se entretenia en hojear entonando un trozo de ópera.
Yo arreglaba su cuarto en la pieza inmediata y la estaba mirando, oculta entre las cortinas de la puerta.
El general entró y se sentó en un taburete á sus piés.
—Qué! le dijo ella ¿se entra asi, como el Sultan en casa de su amada, sin dignarse preguntarla como está?
—Es inútil : héla ahí siempre bella y seductora —Y cojiendo los estremos rizados de la cabellera, que como la de toda santiagueña, es tan abundante
Juana hundió una mano crispada en sus negros cabellos —Rafa continuó:
—Ay ! duéleme apesarar á mi ama, pero ella me manda hablar !
—Habla !
—El general llevó á los lábios aquellos rizos.
—Sacrílego !—exclamó ella, recogiendo las ondas de su cabellera con fingido enojo—ignoras que los poetas se han consagrado á su culto y dádoles himnos y altares?
—Qué canten! repuso él riendo, el ídolo es mio, que canten! Y á su vez se puso á hojear el album.