420 PANORAMAS DE LA VIDA
debatiéndome entre los brazos de los que meimpedian arrojarme en pos suya al terrible remolino.
Tú llegaste entónces; y saltando veloz de tu carruaje, vestida de gasa, coronada de flores, te arrojaste valerosamente al agua, y lo arrancaste de una muerte cierta.
Y yo me eché á tus piés, y te dije, abrazando tus rodillas—Si tú Ó alguna persona que ames necesitais mi vida, pídemela y te la daré con gozo.
—Y bien! vida por vida: yo salvé á tu hijo: salva tu, en nombre suyo á Fernando de Castro.
—Al conspirador boliviano! — exclamó Juana fijando en la jóven una mirada de reproche—Ignoras acaso que en el acta de la revolucion que encabezaba se habia jurado la muerte de mi esposo y la del tuyo ?
—Lo sé; y no obstante, vengo á decirte : cumple tu palabra!
En los ojos de Juana brilló un destello de picaresca ironía.
—Ah !—dijo—yo lo adiviné aquella noche en la primera mirada que fijaste en ese hombre: lo amas!
Aurelia miró de frente á su amiga y respondió con voz firme—Sí, lo amo !
—Lo amas, y eres la esposa de Aguilar! Desdichada !