380 PANORAMAS DE LA VIDA
duda nublarse mi frénte, y como culpado, hubo de ceder porque temió.
—Ves como antes que delinquiera lo estabas ya acriminando ?
—Escucha todavia y verás.
Con gran frialdad me dió su consentimiento, no para acompañarlo, sino para que fuera á reunirme á él algunos dias despues . . . . Comprendes, Aura? Rehusaba mi compañia porque deseaba la de Fausta Belmonte, que despareció de su casa, del paseo, del baño, de todos los lugares donde la liviana santiagueña arrastra sus escándalos.
Adivinándolo todo, y arrebatada de indignacion, no esperé el dia señalado por Alejandro para emprender mi marcha; y acompañada de una pequeña escolta, partí sobre este bello Tenebroso que acaba de prestarme el servicio mas importante que caballo hizo á su dueño: me ha puesto en menos de veinte horas á vista del campamento.
La mirada con que acompañó su saludo un oficial que encontré de paso á Salta en comision, me dió tanto en que pensar, que dejando en Jujuí la escolta, y cubriéndome el rostro con un antifaz, seguí sola mi camino.
Ya de lo alto de una colina habia divisado la línea de atrincheramientos, cuando al entrar en un camino hondo me encontré frente á frente con el coronel