344 PANORAMAS DE LA VIDA
encontraron al asesino sentado tranquilamente al lado de su víctima.
Como el coronel, como Rosa, como Enrique, él tambien guardó su parte en el secreto de aquel fúnebre drama; y preguntado por los motivos que lo lleváran á perpetrar aquel horrible asesinato, declaró que habia asaltado á la novia con el objeto de robarla sus diamantes, y que resistiéndose ella á entregárselos, la mató.
Y sus lábios selláronse sobre esta declaracion durante el largo tiempo que, cargado de cadenas, permaneció en el fondo de un calabozo.
XI
La voz del alma
Apoyado en la rara energía que le era característica, el coronel habia logrado serenar su alma, y dar una marcha normal á su solitaria existencia. Cerró su corazon como un sepulcro ; sellólo con la fria lápida del orgullo, y vivió solo de las áridas combinaciones de la cabeza. Huia de toda tierna reminiscencia, de todo dulce sentimiento, y comparándolo con los tormentos que habia sufrido, hallábase bien con aquel marasmo del alma.
Un dia sin embargo, el corazon habló mas alto que