PEREGRINACION
2 gracia al motivo que de ella me alejaba: y que me permitiera recobrar la salud para indemnizarla, consagrándole mi vida.
Fortalecida mi alma con la oracion. alcéme ya tranquila, y comencé á vestirme con la celeridad que me era posible.
Sinembargo. aunque el espíritu estuviese pronto. la carne estaba débil y enferma: y mas de una vez. el clamor desesperado de Violetta—Non posso !— estuvo en mi lábio.
Pero en el momento que iba á desfallecer, la doble vision de la muerte y de la vida se alzó ante mí: la muerte con sus fúnebres accesorios de tinieblas. silencio y olvido; la vida con su brillante cortejo de rosadas esperanzas. de aspiraciones infinitas. Entonces, ya no vacilé: hice un supremo esfuerzo que triunfó de mi postracion. y me convenció una vez mas de la omnipotencia de la voluntad humana; pues que no solamente logré vestirme, sino adornar mi desfallecido cuerpo con todas las galas que habia enumerado al doctor. En seguida, eché sobre mi empolvado rostro ese velo á la vez sombroso y trasparente, abrí la puerta. y andando de puntillas, me deslicé como una sombra al través de las habitaciones desiertas á esa hora.
lba á ganar la escalera, cuando el recuerdo de mi madre, que allí dejaba: de mi madre. á quien.