210 PANORAMAS DE LA VIDA
y puede sorprendernos... - Huye! pero vuelve
pronto!
Huí, en efecto; y ocultándome entre los floridos matorrales, gané la puerta del parque, cuyo postigo habia yo cerrado.
Al verme salir el negro paralítico se santiguó con terror.
—No lo vuelva á hacer vostra señoria—díjome con aire misterioso—Muy poca cosa es el gusto de pasear un jardin, para comprarlo con la vida.
—¿Pues tantos peligros encierra este amenísimo paraje?
—Qué si los encierra! Ah! ¡lo que han visto mis ojos, en los veinte años que hace me guarezco bajo las raices de este árbol!
Fijéme entonces en la enorme raiz que ya antes llamara mi atencion y reparé en un agujero que la carcoma le habia hecho, formando una especie de horno que servia de albergue al pobre inválido.
—Y ¿porqué vives en este paraje solitario, y con tan mala vecindad?
—Porque es el camino del santuario que está á la espalda de aquel cerro, y los peregrinos me dan, al paso, una limosna.
Entanto que el viejo negro hablaba, habia yo tomado lodo de una acequia que corria al pié del