PEREGRINACIONES 201
cementerio. Pero qué quiere vostra señoría! no se muere uno cuando quiere!
—¿Y en cuyo poder estás ahora, amiga mia ? continúe preguntándole; pues, interesada por aquella esclava, seguíala maquinalmente.
—Ay|! respondió ella —El amo volvió á casarse; pero esta vez con una brasilera como él; y murió dejándome esclava suya.
—Pero ¿no lo eras antes tambien ?
—Ah! el ama de ahora no es como la otra, que gustaba de vivir tranquila en su casa, rodeada de todos nosotros, rezando y cantando en el piano como un ángel.
Esta solo piensa en ganar dinero. Ha hecho del apacible retiro de la finada, una casa de huéspedes, y un tiboli del jardin silencioso donde la santa criatura se paseaba sola, meditando en el cielo! . ... Oh! ella trafica con todo! .. . . Ah!
—Parece que eso te apesara.
La negra sacudió la cabeza, y secó en silencio una lágrima.
Luego deteniéndose delante de una linda casa de planta baja, llena de luz y frescura—Hé aquí— dijo—esa morada de paz que ahora habitan cincuenta estranjeros.
—¿ Quiéres, amiga mia, qué conmigo sean cincuenta y uno?