100 PANORAMAS DE LA VIDA
de reproches que me habria valido, hecha de viva VOZ...
Yo lo amaba!
Amaba á ese bello hijo de la Hungría, cuya sangre á la vez maggiar y eslava, derrama en él la gracia, el espiritualismo y la seduccion.
Amaba á ese esposo fugaz, que me apareció un dia cual una vision del cielo; dióme, aunque breves horas de una felicidad suprema, y despareció de repente, dejando desierta mi vida. Loamaba!
. ¿Qué digo? Lo amo, y loamaré mientras aliente mi vida.
Tú sabes mis desgracias; sabes que unida á ese hombre idolatrado víme de él indignamente abandonada por el amor de otra muger; sabes que el dolor casi me llevó ú la tumba; pero ignoras, porque no podrias comprenderlo, cuán digno de ser amado es aquel traidor. Sus mas sangrientas ufensas, al lado de las relevantes cualidades de su espíritu, desvanécense como las sombras ante los rosados rayos de la aurora.
Así, amábalo á pesar de todo, de todos y aun de mí misma. Aquel amor reprobado, oculto en el fondo del alma, gemía, llamando en vano al ingrato cuyo nombre nunca salia de mis labios, porque tenia vergúenza de pronunciarlo, por mas que el corazon lo repitiera sin cesar.