PEREGRINACIONES 177
de rabia desesperada, perdióse entre el espeso Tolldgé cs. ¿ns 20 205 EA RBA
Los cautivos que refirieron esta historia, contaban que una noche el jóven y bello cacique de los mocobíes, renombrados en las tribus del Chaco por su valor y apostura, hallábase recostado en una piel de guanaco al lado del fuego, bajo su toldo de hojas de palmera. Vestía un traje pintoresco, y sus armas, el carcax y el arco colgaban de un venablo hincado en tierra al alcance de su mano. Los guerreros de la tribu rodeábanlo sentados en torno suyo, y su esposa, la hermosísima Uladina estaba á sus piés.
Inmóvil, silencioso, medio cerrados los ojos, y los lábios entreabiertos el jóven cacique parecia entregado á un delicioso desvarío.
Uladina lo miraba; y los guerreros preguntábanse si los relámpagos sombríos que de vez en cuando resplandecian en los ojos de la bella india y coloreaban su pálida frente, eran los reflejos de la hoguera ó las ráfagas de alguna oculta cólera.
Y no osaban interrumpir el dulce éxtasis del uno; la contemplacion siniestra del otro.
—Jefe—dijo en fin el guerrero mas anciano de la tribu—hé aquí realizado el objeto de nuestra espedicion á las orillas del rio de fuego.* Las
1. El Bermejo. 12