108 PANORAMAS DE LA VIDA
Y simultáneamente—H6 aquí mi dinero! —Hé aquí mis joyas ! —Hé aquí mi chal de cachemir! —Tómelo V. todo, pero déjenos partir.
—Partir! qué locura! Ah! no sabeis cuán bella es la vida á salto de mata! Venid á probarla, con vuestro dinero, y vuestras joyas, y vuestros cachemires, que no nos vendrán mal en el triste estado en que yace nuestra bolsa.
—Ah! si quereis oro, enviad un mensagero pidiendo á nuestros padres el precio de nuestro rescate ; ellos darán cuanto exijais; pero en nombre del cielo! no nos lleveis de aquí !
—Bah! nos creis, acaso, ladrones italianos ? No, señoritas: somos bandidos argentinos, demasiado galantes para recibir dinero por precio de la beldad. ¡Vender lo inapreciable! .. . . Pero, estamos perdiendo el tiempo en preludios. Alavío! Hemos interrumpido vuestra danza, y es necesario volver á comenzar. Há de la orquesta !
Pero la pobre organista mas muerta que viva no se encontraba en estado de ejercer sus funciones.
—La artista nos rehusa su ayuda? Pues que por eso no falte. Traga diablos ! házte cargo de esa chirimía y espétanos una habanera, que no haya mas que pedir!
—No será sino el Huracan—dijo el que respondía al terrible apodo. Y apoderándose del organillo, tocó