Página:JM Gorriti Panoramas de la vida 1.djvu/106

Esta página no ha sido corregida

106 PANORAMAS DE LA VIDA

las sombrías arcadas del cláustro, la gentil figura de la monja.

—Qué—exclamó, corriendo hácia mí, una de nuestras jóvenes—¿se viene aquí á contemplar musarañas, ó á danzar y merendar?

Y procuraba arrastrarme consigo al torbellino de una lancera, que en ese momento ejecutaba el wals; un wals desenfrenado, en que los piés volaban con los acordes precipitados del organillo.

Pero yo estaba muy dolorosamente conmovida para mezclarme al gozo turbulento de las otras. Pretesté cansancio; y la bailarina, notando mi tristeza, dejóme y se fué en busca de Otra pareja.

Quedéme sola, sentada sobre el rápido declive de la montaña, al abrigo de un matorral que me ocultaba á la vista de mis compañeras.

Y pensaba en Carmela, en el bello cubano y en sus misteriosos amores al través de las soledades del desierto; y me preguntaba cuál seria el destino de ese sentimiento divinizado por el dolor, y encadenado á un imposible .

Un grito inmenso de terror me arrancó á mi profunda abstraccion.

Volvíme para mirar hácia donde estaban mis amigas, creyendo que fuera alguna nueva locura; pero el espectáculo que encontraron mis ojos, me dejó helada de espanto.