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Oh la fruta divina que crear a Dios plugo...
¿Qué sabor delicioso no tendría su jugo!...
¿Qué perfume selecto no tendría su pulpa!...


Pobre boca la mía, codiciosa del cielo,
Pobre boca imprudente que no logra consuelo,
Pobre boca sedienta, castigada sin culpa!

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