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EL HOMBRE SERENO
Entre los hombres pasa dadivoso y prudente,
Nada perturba el ritmo de su vida serena;
Sin inmutarse escucha la voz de la sirena:
Mira, conoce... luego, sonríe dulcemente.
Es mar en calma augusta, bellísima, su frente,
Las manos son de hierro con guantes de azucena,
La boca es una amarga melancolía... pena
Transunta su mirada tranquila y transparente.
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