Página:Irremediablemente... (1919).pdf/56

Esta página ha sido corregida

Te pediré entonces tu lástima, amado,
Para que mis ojos se den a llorar
Silenciosamente, como el agua cae
Sobre la ciudad.


Y una noche triste, cuando no me quieras,
Secaré los ojos y me iré a bogar
Por los mares negros que tiene la muerte,
Para nunca más.

48—