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ALMA MUERTA
Piedras enormes, rojo sol y el polvo
Alzado en nubes sobre tierra seca...
El sol al irse musitó al oído:
El alma tienes para nunca muerta.
Moviéndose serpientes a mi lado
Hasta mi boca alzaron la cabeza.
El cielo gris, la piedra, repetían:
El alma tienes para nunca muerta.
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