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los iniciados. Cualquier mancarrón, si es gordo y relumbroso, es de buena figura para los puebleros, y no lo es el mejor caballo de la silla del Sultán si es flaco. Mientras tanto un libro sobre ganadería le hubiese enseñado —y a su turno hubiese podido enseñarlo a sus capataces— que los servicios que pedimos a la especie caballar exigen un buen aparato respiratorio y un buen aparato de locomoción. Indica el primero: unas costillas redondas, porque entonces el cuerpo resulta cilíndrico y el pecho ancho, y siendo ancho el pecho, que contiene el corazón y los pulmones, estos órganos funcionan libremente; unas carretillas distantes la una de la otra, para poder alojar una garganta gruesa, que es la que conduce el aire a los pulmones, y finalmente las narices que reciben el aire deben ser dilatadas y elásticas. Los caracteres de un buen aparato de locomoción son: encuentros oblicuos, lomo corto y plano, anca larga y tendida, miembros de aplomo, articulaciones secas. De donde resulta que la fórmula para los potrillos que se conservan para la reproducción sería: cuerpo cilíndrico, garganta gruesa, narices dilatadas, encuentros oblicuos, lomo cono, anca larga y tendida, miembros de aplomo, articulaciones secas. No es más larga que la de Rosas, pero es más rigurosa y puede ser comprendida por todos.

Ayudantes recorredores. — Es probable que Rosas tomó esos empleados cuando fué Gobernador.

Instrucciones que deben observar don Manuel Morillo y don Juan Decima. — Aunque este párrafo cite un buen número de estancias, Rosas administraba otras muchas que estaban a cargo de otros ayudantes.