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Basuras. — No debe haber ninguna sino en el lugar destinado para echarla. Mucho menos debe haber huesos desparramados. La basura, pues, que resulte de la cocina, debe diariamente echarse en el basurero. Sobre esto debe haber gran cuidado, porque la basura y la inmundicia es el aliciente para la cría de ratones, y porque los hombres no deben vivir entre la basura.

Repito que tampoco deben consentirse huesos ni huesitos desparramadm; todo debe ir al basurero.

Gallinas. — Ni rastros debe haber de ellas ni de palomas.

Perros. — Los cuzcos no valen para nada, y por ello ni rastro quiero de ellos. Debe haber solamente perros buenos para los ratones y bichos, y el que no sirva se matará. Los perros que debe haber en cada estancia, serán doce en las estancias principales, y seis en cada puesto. Repito que se trate de conservar los buenos y de ningún modo se tendrán perros inútiles.

En San Martín, los perros hijos de la China y del Choco y el Picaza se dejarán para casta. Cuando la China se caliente, se atará y no se dejará encastar sino con estos dos perros. No habrá más perros cojudos que estos dos.

Los perros que no sirven no hacen más que comer la carne que vale plata, escarbar las plantas, y ocupar lugar en la cocina.

Gatos. — Debe haber capones en cada estancia hasta doce, y dos gatas mansas y uno cojudo. De ningún modo habrá más cojudos ni más hembras. En el cuarto donde se noten lauchas o ratones, se encerrarán los gatos;