Introducción, objetivos y metodología
INTRODUCCIÓN, OBJETIVOS Y METOLOGÍA
En el comienzo de siglo XXI, la innovación, especialmente la de carácter
tecnológico, es un centro de atención para la sociedad en general, y para el mundo
económico en particular. Incluso, podría decirse que se ha convertido en un talismán,
viéndola los empresarios como la clave para incrementar su competitividad y los políticos
como la panacea para mejorar la calidad de vida de sus electores. Claros indicios de esta
forma de pensar son el papel creciente que desempeñan las políticas públicas de
innovación y el mayor esfuerzo empresarial que se compromete en actividades de esta
naturaleza.
La razón que sustenta ese interés reside en la idea de que en una economía global,
donde las fronteras administrativas pierden su eficacia, tanto las empresas como las
instituciones de una región se ven obligadas a desarrollar nuevos elementos que les
permitan alcanzar y mantener un alto grado de competitividad económica. Posibilidad que
está vinculada a factores como: las características de la estructura productiva regional, la
capacidad de innovación, el grado de accesibilidad a los nuevos conocimientos, y el nivel
de educación y formación que tiene la mano de obra. En este escenario, se plantean dos
alternativas a la hora de afrontar el desafío existente. Por un lado, desarrollar una estrategia
de mantenimiento de bajos costes de producción, con una muy posible implicación
negativa sobre los salarios, y, por otro, optar por la especialización en productos de alto
valor añadido, que exige un alto grado de innovación, pero asegura ventajas comparativas
más duraderas. La última alternativa, que es más atractiva, requiere contar con una
adecuada dotación de recursos tecnológicos y humanos que, generalmente, son escasos y
costosos.
Los economistas no han sido ajenos a cuestiones relacionadas con la innovación.
De hecho, la curiosidad por esta materia existe desde los primeros pasos de la Economía
como ciencia, aunque no siempre se ha producido con la misma intensidad. Se ha mostrado
como un asunto difícil de analizar por los desarrollos teóricos, lo que ha llevado a que, en
ocasiones, haya tenido un papel secundario en los modelos que tratan de explicar el
funcionamiento de la realidad económica. No obstante, la ciencia económica ha ido