Página:Ingravescentibus malis.pdf/8

Esta página ha sido corregida
380
Acta Apostolicae Sedis — Comentario Oficial

y también les exhortándolos –ofreciendo Nuestro ejemplo-, a no dejar pasar ni un día sin rezarlo, aunque se está agobiado por muchos cuidados y trabajos.

Por estos motivos, Venerables Hermanos, hemos querido exhortar vivamente y, por vuestro medio, a todos los fieles a esta piadosa práctica; y no dudamos que escuchando, con la correspondencia que acostumbráis, Nuestra paternal invitación, reportaréis copiosos frutos. Hay otro motivo que Nos impulsa a dirigiros esta Nuestra Encíclica. Deseamos que todos cuantos son nuestros hijos en Jesucristo se unan con Nosotros dando gracias a la excelsa Madre de Dios por la salud que felizmente hemos recuperado. Esta gracia, como hemos tenido ya ocasión de escribir[1], la atribuimos a la especial intercesión de la virgen de Lisieux, Santa Teresa del Niño Jesús, mas es sabido que todo nos lo concede el Sumo y Omnipotente Dios por las manos de la Virgen.

Finalmente, como hace poco se lanzó por la prensa con temeraria insolencia una gravísima injuria a la Beatísima Virgen, no podemos menos de aprovechar esta ocasión para ofrecer juntamente con el Episcopado y el pueblo de aquella nación que venera a María como Reina del Reino de Polonia, con el homenaje de Nuestra piedad, la debida reparación a la misma Augusta Reina, y para denunciar ante el mundo entero como cosa dolorosa e indigna este sacrilegio cometido impunemente en medio de un pueblo civilizado.

Impartimos de todo corazón a vosotros, Venerables Hermanos, y a la grey confiada al cuidado de cada uno de vosotros, la Bendición Apostólica como auspicio de las gracias celestes y en prenda de Nuestra paternal benevolencia.

Dada en Castel-Gandolfo, cerca de Roma, el día 29 del mes de Septiembre, en la fiesta de la dedicación de San Miguel Arcángel, en el año 1937, decimosexto de Nuestro Pontificado.

Notas

Referencias

  1. Carta autógrafa al Cardenal E. Pacelli, del 3 de septiembre de 1937.