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dándose en esos mismos documentos, el Maestrescuela D. Mauro Caniego de Guzmán (Relación y escrito, que hizo en 1633, de los principios y progresos y estado actual de la iglesia de Mondoñedo, ms.), porque en 1590 se halló todo el cuerpo, menos una canilla, en Dumio.

Ya que de reliquias hablo, diré que en el privilegio concedido por Ordoño II en 916, el Obispo Sabarico II, de la iglesia de Santa María de Monochorum (sic) y de la villa de Bares, dice el Rey; Statuimus fieri... scripturam in honore et veneratione S. Martini Minduniensis Sedis, et omnium Sanctorum quorum reliquiae ibi recognitae habentur. (Esp. Sagr., XVIII, ap. VII.) Que en la escritura que otorgó Apala en 975, donando á la iglesia mindoniense y al Obispo Theodomiro varias heredades, se lee: in honorem sancti Martini Episcopi cuius venerande et desiderabilis reliquiae dignoscuntur manere in Mondumeto Dumiensis sedis Provincie Gallicie. Varona, Theatro ecl.º, pág. 58.) Y que el Conde D. Ramón, en la donación que hizo al Obispo Gonzalo y á sus clérigos, de la mitad de la iglesia de Noys en 1096, dice: statuimus... in honore et veneratione Sancti Martini Menduniensis sedis, et omnium Sanctorum, quorum reliquiae ibi reconditae habentur. (Esp. Sagr., XVIII, ap. XVIII.)

Es más: alguien llegó á creer que bajo la curiosa lápida del Prior Alvaro Pérez estaba el mismo cuerpo de San Martín, como dice Riobóo (Discurso apologético del Theatro, del Obispo Navarrete) del Maestrescuela D. Bartolomé Villapol y Vega. Pero no era el de San Martín Dumiense ni el del de Tours, sino el de un tercer San Martín, que echó á rodar el supuesto Julián Pérez (núm. 412) llamado junior ó mas moço por los Padres La Gándara (Cisne Occidental, parte II, libro IX, cap, VII y VIII, pági-