muy pocos segundos. Por de pronto no supe á qué atribuir semajante fenómeno , pues hallaba muy dificil que mi velocidad de aseension se hubiera acelerado db'modo' tan prodigioso y repentino; pero no tardé en réflexionar, que en una atmósfera tan dilatada y ligera como la qué me rodeaba, las plumas no podian sostenerse y bajaban realmente con gran rapidez, tal cual á mí me pareció lo hacian; por manera que la causa de mi' şorpresa, la produjo únicamente ver Sumedas las velocidades de su caida y mi ascenso.
A las diez no tenia ya cosa algana de importancia que hacer, ni que reclamase mi inmediata atencion, por manera que podia muy bien decir que mi negoeio caminaba viento en popa: ademas estaba persuadido de que el globo ganaba en altura con velocidad siempre creciente,"sin embargo de que