hasta donde alcanzaba mi vista por el deste, norte y sur, se estendia una sábana ilimitada de mar al parecer inmóvil, que de segundo en segundo tomaba una tinta azul mas y mas fuerte. A una gran distancia al este, percibíanse las islas británicas, las costas occidentales de Francia y España y una corta estension de la parte septentrional, del con-.
tinente africano. No era dable percibir rastro ni indicio de las construcciònes y las ciudades mas soberbias y orgullosas de la humanidad, que' aparecian borradas por completo de la haz de la tierra..
Una de ·las. cosas que me admiraron mas particularmente entre las que tenia debajo, fué la aparente concavidad de la superficie del globo, pues necianmente cref que su convexidad real seria mas apreoiable y se mostraria mas distintamente á proporcion que me elevara;. pero me bastaron