que presentaria semejante fenómeno en medio de las tinieblas de la noche , retratando al vívo, por decirlo asi, el infierno mismo; pues que como yo lo ví, bastó el espectáculo para erizarme los cabellos. En tanto que sondaba con la vista los abismos, dejaba á la imaginacion engolfarse y correr hácia espacios cubiertos de inmensísimas bóvedas, cavernas y profundas simas, siniestras y enrojecidas por un fuego espantoso y sia fin.
Acababa de escapar de una buena; porque si el globo permanece un minuto mas en la nube, es decir, si la incomodidad que sentí no engendra mi resolucion de arrojar lastre, mi destruccion bübiese sido- probablemente la consecuencia inmediata; y aunque peligros semejantes apenas se tienen en cuenta ordinariamente , son sin embargo los mayores que pueden correrse en un globo. La altura á que el mio llegó entretanto , era ya sufl-