que hasta aquella época habian sido los mejores parroquianos del mundo, les faltaba el tiempo necesario para pensar en mí, no teniendo suficiente para estudiar la historia de las revoluciones, y vigilar afanosos los progresos de la inteligencia y el espfritu del siglo. Encendian la lumbre sin mas fuelle que los periódicos, y á la par que crecia la debilidad del gobierno , adquiria yo la conviccion de que el cuero y el hierro aumentaban en tenacidad y resistencia de modo tal, que acabó por no encontrarse en todo Rotterdam un solo fuelle que hubiese menester compostura, ni que exigiese las caricias del martillo. Semejante situacion era insostenible; no tardé mucho tiempo en verme mas pobre que una rata , y como por añadidura tenia muger é hijos que mantener, mis obligaciones llegaron á hacérseme insoportables, de manera que concluí por ocupar todo mi
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SIN IGUAL.