planeta natal. Este se encontraba encima de mi cabeza completamente oculto por el - globo, mientras que la luna,–la luna misna en todo su esplendor,-se mostraba bajo mis plantas.
La sorpresa y estupor que produjo en mi espíritu tan extraordinario cambio de situacion, era en resumidas cuentas, ļo mas pasmoso y menos esplicable de la aventura; porque semejante trastorno, sobre ser tan natural como inevitable, con mucha antelacion lo tenia previsto, tal cual no podia menos de preveer una circunstancia sencilla, consecuencia inmediata de llegar al punto del camino en que la atraccion.planetaria fuese sustituida por la del sa télite ; ó hablando con mas exactitud, cuando la gravitacion del globo, fuese mayor hácia la luna que hácia la tierrá.
Tambien es verdad que ine despertaba V.
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