tera, se estaba viendo la cosa en cuestion realiza da, hecha (puedo apoyar mi afirmacion en autoridađes irrecusables) con la antedicha materia, de la cual no hay ejemplo se baya valido aereonauta alguno para la construccion de su vebiculo. Aquello era un insulto enorme hecho al sentido comun de los rolterdaneses.
Todavía mas estraña y reprensible era la forma del fenómeno, que tenia la de un jigantesco gorro de loco puntiagudo vuelto del re- Yés; símil que en nada perdia de su exactitud con la proximidad, porque analizándole de mas cerca, la muchedumbre contempló una enorme bellota colgando de su puata, y alrededor del bor'de superior, ó como si dijéramos de la base del cono, una fila ú orla de instromentuelos á manera de cencerrillos de ganado, que repiqueteaban conti-