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HISTORIAS ESTRAORDINARIAS

moderno Baal, se sacrifican los hombres depravados al deinonio del gin.

Estaba amaneciendo; pero un tropel de beodos inmundos se agolpaban á la puerta de aquel lugar de perdicion.

Ahogando un grito de alegría frenética, el viejo se abrió paso lentamente por los grupos de bebedores y de repugnantes borrachos, y radiante la odiosa fisonomía ante aquel espectáculo desconsolador, fué y vino de arriba abajo y de abajo arriba por aquel trozo de calle como si no tuviera saciedad para él el panorama de la degradacion y del embrutecimiento. No hubiese dado tregua á este convulsivo paseo á través de aquellos miserables si el movimiento de cerrar las puertas de aquella caverna maldita no indicara la hora de poner fin al tráfico de la noche en semejantes establecimientos. Lo que observé en la fisonomía de aquel ente escepcional que espiaba, sin experimentar cansancio en tanta vuelta y revuelta, fué una cosa más intensa aun que la misma desesperacion. No titubeó, apesar de esto, en su carrera; antes bien, con loca energía, volvió atrás de improviso, dirigiéndose con décision firme al corazon de la populosa capital de la Gran Bretaña.

Corrió impávido y largo tiempo, y yo siempre en su pista, como atraido irresistiblemente por una fuerza mágica que centuplicaba las mias; determinado á todo trance á no perder tino de sus pasos, en esta indagacion que ab-