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HISTORIAS ESTRAORDINARIAS

extrañando que pudieran pasar por sujetos honrados aun entre los sujetos honrados en realidad. La exageracion de sus apariencias, un excesivo aire de franqueza habitual, parecian deberlos descubrir á una inteligencia medianamente ejercitada en el conocimiento de las personas y de las cosas, como hoy se acostumbra á decir.

Los jugadores de profesion, y no habia pocos en aquella confusion de gente, se descubrian al primer golpe de vista, por más que usaran los más diversos exteriores, desde la facha de charlatan jugador de manos, con su chaleco de pana, su corbata llamativa, su gruesa cadena de cobre dorado y sus botones de filigrana, hasta el aspecto clerical, tan escrupulosamente ascético que se perdia en la oscuridad de las sombras. Todos, sin embargo, distinguíanse por una tez ajada y amarillenta, por cierta opacidad vaporosa en su dilatada pupila, y la compresion y palidez de sus lábios. Una observacion más atenta brindaba á la curiosidad otros dos signos aun más determinantes: el tono bajo y reservado de su conversacion y la separacion extraordinaria de su dedo pulgar hasta formar ángulo recto con los otros dedos de la mano derecha. Frecuentemente, en compañfa de tales bribones, he observado á ciertos hombres, que se diferenciaban de ellos por sus hábitos; pero me convencf pronto de que eran pájaros de la misma pluma. Se les puede considerar como gentes que