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II.

El demonio de la perversidad.

Al examinar las facultades é inclinaciones, — móviles primordiades del alma humana, — los frenólogos han dejado de enumerar una tendencia que, aunque visiblemente existe como sentimiento primitivo, radical é indestructible, no ha sido tampoco enumerada por ninguno de los moralistas que han precedido á aquellos. Todos, en la infatuacion completa de la razon, nos hemos olvidado de ella. Hemos consentido que su existencia se ocultase á nuestros ojos solo por falta de creencia, — de fé, — otra fuese la fé fundada en la revelacion ó ya en la cábala. Su idea no nos ha ocurrido jamás por efecto simplemente de su carácter especial.

No hemos sentido la necesidad de comprobar esta inclinacion,—esta tendencia. No podíamos concebir que fuese necesaria. No podíamos adquirir fácilmente el conocimiento de este primum mobile, y aun cuando por fuerza hubiese penetrado en nosotros, no hubiéramos podido