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HISTORIAS ESTRAORDINARIAS

to no presentaba la más ligera señal de renovacion.

Quité todos los escombros con el esmero más prolijo y espurgué el suelo, por decirlo así. Miré triunfalmente en rededor mió y me dije: Aquí á lo menos mi trabajo no ha sido perdido.

Mi primer pensamiento fué buscar al animal que habia sido causa de desgracia tan grande, porque yo al fin habia resuelto darle muerte.

Si hubiera podido encontrarle en aquel momento, su destino estaba cumplido, pero parecía que el artificioso animal se había alarmado por la violencia de mi accion reciente y tenia cuidado de no presentarse en mi actual estado de humor.

Es imposible describir ó imaginar la profunda, la feliz sensacion de consuelo que la ausencia del detestable animal obraba en mi corazon. No se presentó en toda la noche, y así esta fué la primera buena noche, desde su entrada en la casa, en que yo dormí tranquila y profundamente: sí, dormí como un bienaventurado con el peso del crimen sobre el alma.

Pasaron el segundo y el tercer dia, y sin embargo no vino mi verdugo. Una vez más respiré como hombre libre. El monstruo en su terror habia abandonado para siempre aquellos lugares. No le volvería á ver. Mi dicha era suprema. La criminalidad de mi tenebrosa accion no me inquietaba mucho.