riosidad con la esperanza de que ganando en latitud hácia el Norte, llegaria tal vez á colocarme sobre el polo mismo, y deploraba que la grande altura á que se encontraba el globo no me dejara examinarlo tan bien como hubiera yo querido: sin embargo de que aun así, siempre hallaria observaciones notables que hacer.
Nada estraordinario me ocurrió en este dia; el aparato funcionaba con la mayor regularidad, y el globo continuaba siempre subiendo, sin vacilacion alguna aparente. El frio era intenso y tuve que arroparme bien con un paletot: cuando la tierra quedó envuelta en sombra, me metí en la cama, por más que la luz debia para mí continuar todavía por muchas horas: el reloj hidráulico cumplió fielmente su cometido, y salvo las interrupciones periódicas, dormí muy bien hasta la mañana siguiente.
4 de Abril.-Me he levantado con buena salud y mejor humor, y he admirado mucho lo singular del cambio que observo en el color del mar que ya no es como antes azul oscuro, sino blanco plomizo tan brillante, que hiere la vista y me deslumbra. La convexidad del Occéano es tan evidente y manifiesta, que toda la masa de agua cercana al contorno de la tierra, aparece como precipitándose en los abismos del horizonte, causándome tal ilusion, que involuntariamente he suspendido mi atencion para escuchar los ecos que la inmensa catarata debiera producir.