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HISTORIAS ESTRAORDINARIAS

z de volverla como la tenia al lado opuesto, 6 bien que la cuerda en que quedé enganchado colgara por casualidad del borde superior en lugar de atravesar una hendidura del fondo, fácilmente se comprenderá que en ambas hipótesis hubiérame sido totalmente imposible realizar semejante milagro, perdiendo por com - pleto la posteridad estas revelaciones. Muchos motivos tenia para bendecir á la fortuna; pero quedé tan estupefacto y tan incapaz de obrar, que me mantuve colgando cerca de un cuarto de hora en tan singular posicion, abismado en una estraña calma y una beatitud idiota, sin intentar un esfuerzo nuevo, ni aun el más ligero: pero semejante estado de mi sér se disipó pronto y dió lugar á un sentimiento de horror, espanto, y absoluta desesperacion. Lo cierto fué que la sangre acumulada por tanto espacio en los vasos de la cabeza y garganta, causándome una especie de saludable delirio, semejante en su accion á la energia, empezó á refluir y circular tomando su nivel, de manera que con el aumento de lucidez, crecía en mí la percepcion del riesgo y me quitaba el valor y la sangre fria necesarios para arrostrarlos. Felizmente no duró mucho este decaimiento; la energia de la desesperacion volvió de nuevo, y dando gritos y haciendo esfuerzos frenéticos, me arrojé convulsivamente con incansable insistencia, hasta que produciéndose un sacudimiento general, pude por fin agarrarme al anhelado borde con las manos más en yez o 10