dad de dinero contante, y les pagaba la déuda por completo y con más algun piquillo por razon de su ayuda, les importaba poco el peligro que pudieran correr sus almas ni mis huesos.
Al cabo de cuatro horas y media me pareció que el globo se hallaba ya bastante hinchado; colgué la barquilla, coloqué todo mi equipaje, un telescopio, un barómetro con ciertas modificaciones importantes, un termómetro, un electrómetro, compás, brújula, un relój con indicador de segundos, una campana, una bocina, etc., etc., y asimismo una esfera de cristal en que habia hecho el vacío, herméticamente cerrada, el aparato condensador, cal viva, una barra de lacre, agua en abundancia, víveres no escasos, y entre ellos el pemmican, (1) que tanta materia nutritiva contiene en un volúmen muy reducido, y finalmente puse en mi barquilla un par de pichones y una gata.
Próximo el amanecer, cref llegado el momento de verificar la partida, dejé caer al suelo el cigarro encendido, y al bajarme para recojerlo, puse cautelosamente fuego á la mecha cuya punta, como ya dije, sobresalia un poco por debajo de una de las barricas menores. Hecha esta maniobra, de que ni por pienso pudieron apercibirse mis tres verdugos, salté á la barquilla, (1) PEMMA del latin, vianda cocida, y MICON del griego, un poco.