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HISTORIAS ESTRAORDINARIAS

ojo en el fenómeno, tornaron á sus aspiraciones de humo; hicieron una pausa columpiándose y meciéndose de derecha á izquierda, dieron un significativo gruñido, despues se mecieron de izquierda á derecha gruñeron de nuevo, hicieron otra pausa, y finalmente comenzaron la aspiracion de nuevas bocanadas de humo.

Veíase mientras tanto, bajar siempre hácia la pia ciudad de Rotterdam el objeto de tamaña curiosidad. A pocos minutos la cosa pudo distinguirse con exactitud, y parecia ser, digo mal, era sin duda alguna una especie de globo; perotal, que de fijo Rotterdam no habia contemplado hasta entonces otro semejante. Porque ¿quién ha oido hablar siquiera de un globo construido con periódicos viejos y grasientos? En Holanda nadie, y allí en las barbas de la poblacion entera, se estaba viendo la cosa en cuestion realizada, hecha (puedo apoyar mi afirmacion en autoridades irrecusables) con la antedicha materia, de la cual no hay ejemplo se haya valido aereonáuta alguno para la construccion de su vehículo.

Aquello era un insulto enorme, hecho al sentido comun de los rotterdaneses.

Todavía más extraña y reprensible era la forma del fenómeno, que tenia la de un gigantesco gorro de loco puntiagudo vuelto del revés; símil que en nada perdia de su exactitud con la proximidad, porque analizándole de más cerca, la muchedumbre contempló una enorme bellota colgando de su punta, y al rededor del borde supe-