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EDGAR POE.

atencion de los médicos y escitaron su curiosidad. Rogaron por esto á los parientes del supuesto muerto, les permitieran hacer la autopsia del cadáver, pero se les negó la autorizacion. Como suele suceder en tales casos, los médicos resolvieron exhumar el cadáver secretamente y disecarlo luego á sus anchas. Tomaron sus medidas al efecto, y gracias á la cooperacion de los muchísimos resucitadores que tanto abundaban en Lóndres en aquella época, la misma noche que siguió al dia del entierro, se sacó el cadáver de una fosa de ochó piés de profundidad, y fué llevado á una sala de diseccion, inmediata á la casa de un profesor.

Acababa de practicársele una incision bastante estensa en el abdomen, cuando la carencia de todo rastro de descomposicion, sugirió la idea de hacer algunos ensayos de galvanismo. Hiciéronse vários esperimentos sin resultado que pudiera decirse notable; observándose únicamente, que los movimientos convulsivos impresos al cadáver, producían una imitacion mucho más exacta de los de la vida que los que se observan ordinariamente.

Hacíase tarde, y próximo el amanecer, se trató al fin de proceder á la diseccion. Mientras tanto un estudiante, ansioso de hacer cierta esperiencia, sobre una teoría especial suya, quiso verificar el último ensayo, poniendo en comunicacion la batería con uno de los músculos pectorales. Practicó una incision profunda con un