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EDGAR POE.

documento soñado, del testo de mi contesto.

—Presumo que esperaríais encontrar una carta entre el timbre y la firma.

—Algo como eso. El hecho es que yo me sentia como irresistiblemente penetrado del pensamiento de una inmensa fortuna, inminente. ¿Porqué? No sabria decirlo.

Despues de todo, quizás esto era mas bien un deseo que una creencia positiva ¿pero creereis que el dicho absurdo de Júpiter, que el escarabajo era de oro macizo, ha influido notablemente en mi imaginacion? Y despues esta serie de accidentes y coincidencias era verdaderamente tan estraordinaria! ¿Habeis notado todo lo que hay de casual en todo esto? Ha sido preciso que todos estos acontecimientos sucediesen el solo dia de todo el año en que ha hecho, ó ha podido hacer bastante frio para necesitar del alivio del fuego: y sin este fuego, y sin la intervencion del perro en el momento preciso en que apareció, no hubiera nunca visto la calavera, y no habria nunca poseido este tesoro.

—Hablad, hablad, estoy en áscuas.

—Y bien! conocereis sin duda la multitud de historias que se cuentan, mil rumores vagos relativos á tesoros enterrados en una parte de la costa del Atlántico por Kidd y sus compañeros.

En total, si estas voces corrian desde tan largo tiempo y con tanta persistencia, esto no podia depender segun mi raciocinio más que de un hecho;