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ANTECEDENTES HISTÓRICOS

no hemos de hacer una excepción, suponiendo, que, en aquellas industrias artísticas apartáronse del camino emprendido, rechazándolas ú olvidándolas al cabo. Un ilustre escritor ([1])dice á este propósito: «Durante la monarquía visigoda, después de la caída del imperio romano, la cual fué destruida por la invasión de los árabes en la octava centuria, el mismo estilo de industria cerámica copiado de los romanos, continuaba en España, Ningún estudio especial se ha hecho de la loza de esta época, pero, juzgando por el gran número de fragmentos de aquélla, fabricada para usos domésticos, que constantemente se encuentran en las ruinas del período visigodo, no cabe duda que esta loza continuaba siendo fabricada en España. Lo que San Isidoro, que murió en 636 dice en sus Etimologías (Libro XX) confirma esta opinión, é indudablemente, se refiere á loza similar á la del período romano. »

La irrupción musulmana hizo desaparecer de las poblaciones españolas muchos monumentos romanos y visigodos, más que por odiosidad á la raza latina, por las ventajas que encontraban al empliear los materiales de piedras y de mármoles para sus construcciones, cuyos cimientos rellenaron tantas y tantas veces con memorias epigráficas, con restos arquitectónicos y con ejemplares escultóricos procedentes de las fábricas romanas y latino-bizantinas. Si después de esto consideramos también las visicitudes sufridas por nuestra patria desde el siglo VIII hasta el presente, no es extraño que hayan desaparecido muchos testimonios indelebles que podrían acreditar las cualidades estéticas de aquel pueblo, el cual, supo también y en tan poco tiempo asimilarse las enseñanzas de la civilización latina.

Los recientes descubrimientos que se vienen verificando en las ruinas de Itálica, han demostrado el paso de los visigodos por ella, siendo muy frecuentes los restos sepulcrales de mármol y hasta de plomo que hemos tenido ocasión de ver, asi como restos cerámicos; pero ninguno de éstos ofrece el más ligero vestigio de vidrio. No obstante, creemos también con el Sr. Riaño que

  1. Riaño. The industrials arts in Spain, pág. 145.