ejércitos mismos llenáronse de mercenarios de la Grecia asiática, permitiendo á los Jonios establecer un gran mercado en Naucratis. De otra parte, los fenicios que encontraron entre los helenos mayor número de compradores, que apreciaban, no sólo en su valor los productos de sus fábricas, sino que los pagaban á altos precios, inundaron la Grecia de todo género de mercaderías raras ó preciosas, que transportaban desde las grandes ciudades de Egipto y de Asiría, y así vemos, que ambos pueblos influyeron tan poderosamente en él, que en las manifestaciones de las artes del diseño pertenecientes al período que llamamos arcaico, refléjanse los caracteres artísticos que distinguieron á ambos, de manera inequívoca, según comprueban los últimos descubrimientos arqueológicos. Concretándonos, pues, á nuestro objeto, podremos repetir con dos ilustres escritores ( [1] ) que muchos siglos antes también que el arte griego hubiese nacido, las antiguas civilizaciones orientales, habían encontrado el secreto del esmalte. Casi no hay necesidad de recordar los ladrillos esmaltados de Asiria; y y nadie ignora, que desde la época de las grandes dinastías tebanas, este procedimiento fué en Egipto de uso corriente ¿Los griegos hicieron uso de esta técnica? ¿Trataron de apropiarse un procedimiento que les era conocido, gracias á las muestras importadas en su país por el comercio fenicio? Tocamos aquí una cuestión muy discutida. Encuéntranse en Grecia y en Italia vasitos en forma de cabezas ó de figuritas, revestidas de un vidriado, análogo enteramente al de las tierras barnizadas del Egipto; pero: ¿fueron importados ó fabricados en los talleres griegos? Mr. Kochler se pronuncia en favor de esta segunda hipótesis Estas dudas parecen aclararse en presencia del vaso de Camiros, ([2])
- ↑ Rayet y Collignon. Op, cit., páginas 365 y siguientes.
- ↑ Los Sres. Perrot y Chipiez, al tratar de los vasos que se encuentran en Camiros, dicen, sin embargo, de una manera absoluta: «La materia y el procedimiento son los mismos que en los vasos en que el carácter egipcio-fenicio es el más marcado: por otra parte no hay el menor indicio que pueda hacer sospechar que los griegos se hubiesen ensayado en fabricar vasos de tierra esmaltada. La cerámica griega, desde sus principios, ha estado animada de otro espíritu que la cerámica oriental; esta sueña ante todo, con la alegría del color, mientras que. el alfarero grie-