CAPÍTULO I
SUMARIO
Entre las manifestaciones del trabajo humano que revelan de una
manera más evidente el grado de
cultura de los pueblos antiguos y
modernos, ocupan lugar preferentísimo todas aquellas que fueron
producto del ingenio, de la observación, de la perseverante labor y
de la singular habilidad de oscuros
artífices, que ora manejando los
metales, ora la madera, ó los mármoles, ora los barros ó vídrios
y las materias textiles, contribuyeron, no sólo á satisfacer los menesteres de la vida, sino los caprichos y exigencias del más refinado lujo, uniendo lo bueno con lo útil, lo bello con lo necesario
y auxiliando eficacísimamente, como complementos accesorios, á
la realización del ideal arquitectónico concebido por soberanos
ingenios.
Á través de la lenta labor de la humanidad, en el transcurso de centenares de siglos, si con la imaginación nos remontamos á