cuenta tratándose de una ciudad como Sevilla, tan húmeda como calurosa. Satisfacíanse, pues, con la decoración de que tratamos, tanto las necesidades estéticas, cuanto las higiénicas, por todo lo cual, compréndese á primera vista, que en poco tiempo hubo de generalizarse, en extremo, el empleo de la azulejería, haciéndose extensivo á las portadas de los templos, á las torres y espadañas á los pavimentos de patios y galerías, á los asientos ó poyos de los jardines, á las tazas de las fuentes, á los zócalos y solerías de cámaras y escaleras, á las enjutas de los vanos, á los alféizares de las ventanas, á las techumbres, y á cuantos lugares juzgaron apropiados para recibir tan brillante decorado. No es extraño pues, que si tan profusamente se aplicaron los azulejos en el ornato de edificios y casas ricas, llegasen á ser á manera de señal representativa de opulencia, y así en el siglo XVI, corría ya como locución vulgar, que se aplicaba á aquellos que no habían de medrar, ni estaban en camino de fortuna, la frase «no harás casa con azulejos.»[1]
Han venido siendo conocidos hasta aquí con la denomina-
- ↑ Contestando el docto Sr. Sbarbi á la consulta que le hicimos acerca del origen y empleo dé la frase proverbial arriba consi.nada, tuvo la bondad de enviarnos la siguiente nota. «No hacer uno casa con azulejos. Hallarse siempre en una medianía sin llegar á prosperar.» D. Francisco Gregorio de Salas, habiendo visto en un año muy calamitoso, que faltaban unos azulejos en los adornos de una casa de un amigo suyo, prorrumpió con la siguiente improvisación: En aquesta casa faltan azulejos; y yo veo que el amo no lo remedia; y es sin duda porque el tiempo no está ahora para hacer la casa con azulejos. El modo de emplear esta locución proverbial es con el carácter de futuro, y por lo regular, en sentido negativo, aunque no obsta la fórmula afirmativa, pues, si del que se sospecha que nunca llegará á poseer bienes de cuantía, se dice que no hará casa con azulejos, de quien se augura, por el contrario, que podrá ser rico con el tiempo, igualmente es lícito decir, que hará casa con azulejos. E1 origen de semejante frase proviene, de que, antiguamente, se solía usar ese procedimiento tan sólo en los edificios habitados ó costeados por los magnates ó sujetos pudientes, hasta que con el tiempo se hizo más vulgar su uso, así como menos valiosas la fábrica y ornamentación de las losetas conocidas con ese nombre.