su imitacion. En este primer Tomo daré a luz los hechos famosos de los Conquistadores temporales, y en otros dos Tomos los gloriosos de los espirituales. Y por quanto el principio de qualquiera obra es la materia, y esta la han dado los Indios de Chile para esta historia, comenzaré por ellos, inquiriendo su origen, su descubrimiento, sus costumbres, calidades y suelo, que darán materia gustosa para los dos primeros libros; y en los demas referiré las conquistas y hechos, assi de Españoles como de Indios, por el orden de los Gobernadores de el Reyno de Chile.
Assi como entré a discurrir en el origen de los Indios occidentales y de Chile, me encontré con el embarazo de vn entrincado laborinto de dificultades y de confussas sendas; y para no perderme en ellas, me valí de los ilos que con delgado ingenio torcieron y con avisada advertencia añudaron a la entrada graves autores para acertar con la salida. La dificultad está en averiguar por donde passaron tantas Naciones despues de el Dilubio general a las Indias Occidentales, que comunmente llaman la America? Y crece esta dificultad en los Indios de Chile, assi por estar divididos de los demas por una parte de el mar, y otra de unas altissimas Sierras nevadas, escala de las nubes y competidoras de ellas en la blancura, como por ser tan differentes de todos los demas indios en el lenguage, costumbres y ceremonias, y tan superiores en el esfuerzo y valentia militar y ser Chile el estremo de este nuevo mundo, y el mas estremado terreno, cuyos términos son el famoso Estrecho de Magallanes, fin de el mar de el sur y de las regiones australes, vnion con el mar de el Norte y raya de entrambos Orbes. Y lo que haze mas insuperable la difficultad de conocer su origen, es no hallarse entre los Indios occidentales historias, libros, tablas, pergaminos, cortezas, bronces, mármoles, columnas, medallas, epitafios, inscripciones, cifras, caracteres, nudos, ni ilos de donde poder tirar para salir de este laborinto, ni otra materia ni arte con que conservar las memorias antiguas, como bien notó el Padre Joseph de Acosta en su erudita historia de las Indias Occidentales. Y aunque los Mexicanos usaron de Geroglificos y pinturas, estampándolos en pieles de animales, y los Peruanos de Quipos, que son vnos cordones de lana de differentes colores, que cada vno les acuerda su diversa historia, como lo refiere Laet en la descripcion de las Indias Occidentales: con todo eso no alcanzan estas memorias al tiempo de el Patriarca Noe ni de ninguno de sus hixos; y assi dixo el Doctissimo Pineda, en el libro de Rebus Salomonis, que era obscurissimo el origen de los Indios occidentales.
Sin eso, como les faltó a los Indios el conocimiento de el Verdadero Dios, la noticia de la creacion del mundo y origen de los hombres, fingieron differentes desvarios y fabulosos principios de su origen, como lo notaron Acosta y Solorzano, con otros autores. Y como no alcanzaron a saber como se multiplicaron los hombres despues de el Dilubio, soñaron differentes desvarios, y creyeron en sus sueños: que donde falta la luz de la fe, todo es desvarío y tropezar entre confussas sombras, aun a la luz de el Sol, como les contexió a los Indios de el Perú, que Juzgaron que sus Reyes eran hixos y descendientes de el sol, y para que todos los adorassen y estimassen como a tales, los sacaban al rayar de el sol a vna ventana vestidos y adornados de lucientes laminas y joyas de oro, para que viendo reverberar en ellos sus lucientes rayos, los tubiessen y venerassen como a hixos suyos. Otros se imagi-