mision con lecturas oportunas i nutridas, sino que acopiaba datos i tradiciones, hechos naturales i documentos públicos i privados, casi desde que vino en edad juvenil a esta parte lejana i olvidada del Nuevo Mundo. Su perfecto conocimiento del idioma araucano, asi como el elegante i culto manejo de la lengua i de la literatura del pais en que habia nacido i del latin, le preparaban para aquella empresa, no ménos que sus continuos viajes i su participacion en la mayor parte de los negocios militares de su época. Uno de los prelados regulares que escribió un elojio de su historia, a manera de prefacio, dice que durante muchos años no se emprendió en el reino cosa alguna de importancia sin el consejo del padre Rosales, i de ello ha quedado testimonio en las relaciones estrechas que mantuvo con Lazo de la Vega, i especialmente con el marques de Baides, con Mujica, con Porter Casanate i, por último, con el ilustrado don Juan Enriquez, a la postre de cuyo gobierno, al parecer, falleció.
Aparece tambien del testo de sus diversos libros que comenzó a escribir la historia de Chile que hoi damos a luz cuando residia en Concepcion, i probablemente acometióle la idea de compajinarla despues del sitio de Boroa i de la rebelion jeneral de 1655 en que tuvo parte tan conspicua. Colúmbrase asimismo que el presidente Porter i Casanate, que era un hombre de vasta ciencia, le indujo o le sostuvo en aquel pensamiento i aun le comunicó sus propias memorias i apuntes sobre sus navegaciones en el Pacífico.
Al establecerse como provincial en Santiago, encontróse tambien el padre Rosales con un verdadero hallazgo, cual fué el de los papeles que hacia mas de cuarenta años habia reunido con particular solicitud el presidente don Luis Fernandez de Córdova con el objeto de que un jesuita llamado Navarro escribiese las cosas memorables de Chile. Con ese mismo fin hizo el provincial Rosales restaurar i completar el archivo de la órden que habia sido completamente deteriorado por el terremoto de 1647 i por las lluvias que se desbordaron sobre la ciudad despues de aquella catástrofe.
Es lo cierto que a los cuatro años de su residencia en Santiago, a título de provincial de la vice-provincia de Chile, el padre Rosales tenia completamente terminada i puesta en limpio, lista para la imprenta en todos sus detalles, su admirable historia civil del reino de Chile, desde los tiempos aboríjenes hasta sus propios dias, que es la misma que hoi publicamos.
El libro, escrito al parecer completamente de su letra en cerca de dos mil pajinas en folio a dos columnas, estaba terminado en todos sus pormenores en diciembre de 1674. Ha tardado por tanto en salir a luz doscientos i tres años.
LV.
No daremos aquí cuenta prolija de esté libro porque él habla por sí propio a la mente del lector, i porque en una noticia especial que sigue a este ensayo biográfico se hace mas por menudo el análisis de él.
Nos será permitido, por tanto, decir únicamente unas pocas palabras sobre otro libro