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HISTORIA DE CHILE

cha, con estas ligeras embarcaciones de magüei atrabiesan el mar y van y vienen a tierra firme con sus casas y bastimentos, y en ellas passan sus ganados, caballos, atados de pies y manos, y bueyes y bacas, sin hazer caso de las hondas del mar, aunque a los indios de la Mocha, por ser aquel mar proceloso, les ha costado muchas vidas el despreciar sus hondas y no aguardar a tiempo mas sereno.

Están en la Mocha algunos trescientos indios infieles, y por el mes de marzo, en que los vientos no son tan fuertes, passan a Firva, que es tierra firme de enemigos, y con ellos comercian, y para atrabesar cinco leguas de mar hazen valsas muy grandes de magueyes, en que passan treinta personas y trahen muchos carneros y otras cosas con que comerciar. Y estos años pasados han traido mucho ambar que daba en sus costas y no le conocian antes ni hazian caso de él, hasta que los Españoles se le dieron a conocer. Vienen cantando al son de los remos ciertas canciones en que piden al mar les dege passar a comerciar prosperamente.

Hazen sus armadas navales destas valsas de magüei, y en el alzamiento general del año de 1665 passaron desde tierra firme a la isla de Santa Maria los indios rebelados de Lavapié y Arauco y mataron al Corregidor de la isla, el capitan Pedro Fanegas, y a otros dos o tres Españoles que le acompañaban, y saquearon, llevando cautivas la muger del Corregidor y sus hijas, y obligaron a los isleños a rebelarse y desamparar la isla e irse con ellos a tierra firme para hazer guerra a los Españoles. Y llegando de alli a tres años un barco de Españoles que iba a Valdivia a surgir a esta isla, obligados del tiempo contrario, esperando que abonanzase, los divisaron desde tierra firme los indios rebelados, y haziendo con gran prisa una armada de seis valsas de magüei y atrabesando con ellas tres leguas de mar, dieron de repente sobre el vareo y sobre los soldados españoles que en él estaban, que eran doze, y dos religiosos de San Juan de Dios, y peleando con sus lanzas los rindieron, sin darles lugar a disparar los arcabuzes, que con la seguridad de que estaban en un puerto donde no avia gente, los tenian desprevenidos, y los mataron a casi todos y a un padre de San Juan de Dios, llebando al otro cautivo con algunos soldados, y el barco por triunfo de su victoria.

Otro modo usan de valsas de cipres y laurel, que son maderas livianas, y con atrabesar a los palos unas latas quedan firmes y passan los rios con seguridad. Son pequeños estos arboles, y assi no hazen valsas tan capaces como las del nuevo Reyno de Granada y de Panamá, capaces de trescientos quintales de carga, que levantada la vela costean, mas de doce leguas apartados de tierra, todos los puertos de Guayaquil, rodeándolas con bordo sufficiente para escorar y tener segura la carga y gente de su marinage. En la Provincia de Coquimbo y Copiapó hazen las valsas de pellexo de lobo marino: hazen odres llenos de viento y atan dos o tres, cuidando siempre de irlos soplando. En estas embarcaciones y valsas se arrojan a las mas encrespadas olas del mar, sin miedo ninguno ni temor de borrasca. Pescan atunes con estas valsas con admirable destreza, porque apenas descubre el cuerpo quando le atraviesan con un arpon de güesso o de yerro y luego le dan soga, y atando el extremo a la valsa le dexan ir al atun herido y llebar la valsa, hasta que está desangrado y debilitado de fuerzas, queda sobre aguado, y entonces recogen la soga y le sacan afuera.

La otra embarcacion muy usada en