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HISTORIA DE CHILE

con solo la manta. Para las fiestas se ponen algunas una lliella, que pende por las espaldas y por los dos estremos; la prenden en el pecho con un punzon, sin mas gala ni usos nuebos, ni ser costosas a los maridos aun en esto poco que visten, que ellas mismas lo hazen y texen, y sino no se lo ponen, que el marido no se obliga a darlas de vestir: antes ellas están obligadas a vestir al marido.

El adorno y joyas de las mugeres son las llancas, que como emos dicho son unas piedras toscas verdes que agugerean por medio y las ensartan, y a vezes las cosen en un pedazo de paño o carton en forma de media luna y se le ponen en el pecho; sin esto, algunas sartas de cuentas de vidrio azules y verdes. Y para el trenzado unas cintas que hazen de caracolitos del mar, blancos, muy pequeños, que parecen cuentas de abalorio, y llaman en su lengua Cucham; y en las orejas muchos zarzillos y patenas cuadradas que llaman upul de metal de vacinica o de plata y cobre, y suelen traher tantos que las rompen las orejas. Y no tienen mas gala ni adorno las mugeres de Chile.

Las indias que sirven a los españoles y viven en las ciudades traben el habito mas decente y modesto, porque llega hasta los pies y muchas están muy españoladas en el lenguage y en el habito, que traben cubiertos los brazos con las mangas de la camisa y calzados los pies, y usan de mantellinas y faldellines, y en la frecuencia de los Sacramentos y exercicios pios y devotos son muy semejantes a las españolas. A estas llaman mallenes, a distincion de las demas indias que están en sus proprias tierras y en su natural trage y costumbres.

Son las mugeres de Chile tan fuertes y varoniles, que tal vez quando importa y ay falta de hombres toman las armas y convocan y capitanean a los indios para la guerra; y yo soy buen testigo, que estando cercado en el fuerte de Boroa con los soldados españoles, en el alzamiento general del año de 1655, llebó una muger de la Imperial todos los indios de aquella provincia capitaneándolos y ofreciéndose a ganar por fuerza de armas el fuerte de los Españoles, y dió la traza y modo como se avia de ganar; pero no les salió bien, que Dios nos guardó.

En esta ocasion me traxo ella una carta de otro Padre de la Compañia que tenian cautivo en su tierra, juzgando que por ese medio podria conseguir su intento,, que le salió vano. Y fué celebre una de quien despues haremos mencion, que mucho tiempo hizo juntas, convocó soldados y los capitaneó en venganza de la muerte de su marido, peleando con varonil esfuerzo. Y hartas experiencias tienen los soldados españoles del valor y arresto de estas indias, que muchas veces han llegado a maloquear a sus ranchos, y hallándose ellas solas, sin hombre ninguno que las defendiesse, han tomado las armas de sus maridos y defendídose con valentia y esfuerzo, y lo que mas es, con solos palos y los instrumentos de sus telares han molido a palos a los soldados y puéstolos en huida. A uno conocí yo, muy buen soldado, que le dieron tantos palos las indias de un rancho, entrando en él a maloquear, que luego que volvió a Arauco murió. Y en otra ocasion coxió una india a dos soldados debaxo de los brazos y se los llebaba al monte como si llebara dos pollitos, y para librarse de ella ubieron menester muy bien las manos, y dieron gracias a Dios de verse libres de ella.

Exercítanse como los hombres en el juego de la chueca, que es una guerrilla de fuerza, maña y ligereza, para salir con