por buen partido retirarse sin perdida, aunque bien descalabrados, y sin lengua ni noticia de los Españoles que buscaban, porque la lengua de los Gabiotas no la entendian y su hablar es dar grandissimos y descompasados gritos, que por ellos les pussieron el nombre de Gabiotas, por parecerse en los gritos descompasados a aquellas aves.
Quiera la divina Magestad compadecerse destos Españoles, que quando esto se escribe, año de 1674, ha ciento y veinte y nueve años que se perdieron derrotados en el Estrecho y hizieron la poblacion que se ha referido, mezclándose con los indios, y ya de ellos no abrá ninguno, sino sus hijos y nietos, en quienes estará apagada la luz de la fee, que sus Padres les comunicarian ya humeando, y con la mezcla de los indios estarán tan barbaros como ellos, como lo hemos experimentado en los hijos de los Españoles de las ciudades perdidas de Chile, que a menos tiempo que se alzaron, y a los cincuenta y cuatro años que volvieron a dar la paz apenas avia Español de los antiguos, y sus hijos los meztisos, como se criaron entre indios barbaros y de guerra, los hallamos tan barbaros como los indios, aunque la sangre de Españoles los inclina mas a oir las cosas de Dios y a recevir la fee y el santo baptismo, como lo esperimenté en Boroa, Tolten y la Imperial. Y assi hiziera gran servicio a las dos Magostados el Gobernador de Chile que buscasse camino para descubrirlos y embiarles la luz del santo evangelio a ellos y a los indios del Perú que están sitiados juntos hazia el Estrecho de la laguna referida, en distancia de 48 grados hasta 50. Y el mexor camino que yo hallo, por averie andado, es el de la Villarica y pasar por el a los Puelches, a las tierras del Cacique Guinuibilu, que es donde llegaron Oviedo y su compañero, y de alli ir costeando la cordillera hazia el Estrecho, donde se hallará lengua con la gracia de Dios. Y para el primer descubrimiento no an de ir sino cuatro españoles y uno que sepa la lengua del Perú, bien aviados, por no aventurar mas, hasta dar con la poblacion, que por Chiloé son inaccesibles los caminos. [1]
- ↑ Esta singular fabula de los Césares tomó una estraordinaria recrudescencia a fines del siglo pasado (1780), i los que escribieron i trataron de ese asunto en esa ocasion no tuvieron ni la mas leve noticia de lo que habia sucedido a ese respecto en el siglo XVI i en el XVII. De aquí la importancia de esta parte de la historia de Eosales, pero como no seria posible entrar en una discusion crítica de este asunto, remitimos al lector que tenga en ello interés al ensayo histórico que hemos escrito para otro libro reciente con el titulo de la Ciudad Encantada de los Césares.